ESTACIONES Y SALUD
* El enfriar el cuerpo es malo para la salud, los nervios y la ansiedad provocan falta de energía y a uno le entran más ganas de comer carne y dulces, entonces la sangre se ensucia y el cuerpo se enfría más.
* Una emoción de miedo mantenido afecta a los riñones, una emoción de tristeza mantenida afecta a los pulmones, una emoción de enfado mantenido afecta al hígado. Estar siempre con la mente ocupada afecta a la cabeza. Es estrés afecta al estómago e intestinos. Es necesaria la relajación y eliminación de tensiones.
CUANDO ENFERMA EL “CHI” — ENFERMEDADES ÓGANOS Y VÍSCERAS
MOVIMIENTO TIERRA (estómago “E”, Bazo Páncreas “BP, Intestino Grueso “IG”)
Anorexia nerviosa, diabetes, disfagia, distensión abdominal, espasmo de esófago y cárdias, gastralgia y dolor abdominal, ictericia, obesidad, pancreatitis, úlcera gástrica, vómito, apendicitis, cólera, colitis, diarrea, estreñimiento, hemorroides, hipo, obstrucción intestinal, parásitos intestinales, prolapso recta…
MOVIMIENTO METAL (pulmón “P”)
Asma nerviosa, tos, efisema pulmonar, síndromes gripales, tuberculosis pulmonar, alergias, eczema, foruncolis, herpes zoster, prurito, psoriasis, urticaria, lepra, congelación, vitiligio, dolor dental, síndrome vertiginoso, otitis, acúfenos, hipoacusia, patología nasal, rinosinusitis, afonía, faringitis, amigdalitis (en general toda la otorrinolaringología)…
MOVIMIENTO AGUA (Riñón “R” y “V”)
Enuresis, sexualidad masculina, cálculos renales, gota, disuria, anuria, sexualidad femenina – ginecología, temblor, tics, parálisis facial (neurología)…
MOVIMIENTO MADERA (Hígado “H”)
Hepatitis, cirrosis, fibromialgia, tendinopatías, (oftalmología)
MOVIMIENTO FUEGO (Corazón “C”)
Hipertensión, hipotensión, dolor precordial, arritmias, hemorroides, todas las enfermedades mentales, insomnio, muchos trastornos del sueño.
INVIERNO
Llega el frío, todo se congela, el corazón que se desahogó durante el verano, tuvo tiempo para acostumbrarse al frío paulatinamente, sin brusquedades. La naturaleza muere, no se atreven a salir ni los pájaros, los osos hibernan, las tortugas (animales de la suerte) se meten en sus conchas y mientras, nosotros nos atrofiamos un poco. Gracias al otoño nos hemos ido adaptando al largo exilio invernal que empezamos a vivir, si durante aquel tiempo aún no sentíamos frío y seguíamos saliendo a la calle, acostumbrados a un ritmo más sosegado y tranquilo, a una vida un poco más hogareña, ahora podemos coger frío y gripe a las primeras de cambio, gracias a nuestra cabeza loca que nos hace actuar siempre igual.
El invierno es el tiempo de los RIÑONES, órganos que encierran la voluntad, la capacidad y sobre todo, la paciencia. Guardan todo aquello, que nuestros ancestros han depositado en nosotros “la herencia familiar” y nuestras pilas, la batería que se carga y descarga cada día con la actividad y con el sueño. Cuando una persona tiene bien sus riñones le domina la sensación de tener mucha vida, los riñones son la fuente de la vida, la fuente del Yin, si se apagan, lo que ocurre al ir haciéndonos mayores (en mayor o menor medida según las personas y su naturaleza), el cuerpo empieza a tener menos fuerza y aparece el miedo, o se agrava si antes lo teníamos, síntoma inequívoco de la falta de fuerza de los riñones.
Se dice de los jóvenes que cuando ingresan a filas “siempre tienen hambre, siempre están cansados y siempre tienen frío”. Parecería que más que en el ejército hubieran entrado en el invierno. En invierno tenemos frío, queremos quedarnos en casa y tomar algo caliente, no es época ni de prosperar ni de pensar en nada nuevo, pero quizás si para que recolectemos los frutos del año. Es un tiempo muerto. Quizá podamos programar y sembrar pensando en la primavera, pero en este tiempo nada crece. En invierno hemos de aguantar con lo que producimos anteriormente, echar mano de la cuenta corriente, pero sin pensar en acrecentarlo.
¿Qué actitud sería buena? Quizá dejarnos llevar de cada estación sea algo energéticamente positivo, si la naturaleza nos muestra un tiempo floreciente, adelante con el proyecto, no hay que hacer el loco cuando ni pensar mucho cuando es tiempo de diversión. Trabajar exageradamente durante el invierno hace que gastemos energía de los riñones. Si durante el año vamos consumiéndola es al llegar el invierno, al estar los riñones más activos y sensibles, cuando decrece su energía de forma exponencial dejándonos sin fuerza para las próximas estaciones.
Tampoco es bueno abusar de la sexualidad con el frío, por la misma razón antes expuesta pues nuestros riñones se gastarán mucho más y tendremos más frío, catarros y gripes, absentismo laboral y sobre todo miedo y apariencia de estar deprimidos, sin fuerzas. Muchas depresiones se desencadenan así y ya sabemos al menos una de sus causas.
Durante el invierno debemos saber recuperarnos de todo el año que pasó, reposar sabiendo que la próxima estación requerirá de nosotros estar fuertes para así poder pasar otro ciclo natural y biológico. Alguien puede decir que todo esto no está demostrado, que no es científico y depende de que zona del globo hablamos, o “esto no es para mí”, que la naturaleza sólo existe en el campo y para los animales que en él viven, o que sus ciclos biológicos, en el caso de que existan, a él no le afectan; nada más lejos, estas son posturas particulares, prácticas, frías, impersonales, artificiales y fuera de lo que se denomina vida.
Así que en invierno, debemos cuidar sobretodo los RIÑONES para ello recomendamos los colores anaranjados y rojos que revitalizan y dan energía. sin embargo el color que pertenece a los Riñones, al invierno es el negro/azul, todos estos colores con sus vibraciones nos ayudarán a mejorar nuestra salud. Su nota musical el SOL, cuando tenemos un exceso de gemidos debemos prestar atención al Riñón. Cuidado con las fobias. El elemento que rigen los riñones es el agua, su víscera la vejiga, su órgano de los sentidos el oído, nutre los huesos, el pelo, líquidos sinoviales, auditivos, raquídeos, el valor espiritual de los riñones es la voluntad y determinación, cuando tenemos fallos renales o nos falta energía aparecen los celos, el miedo y la inseguridad. El vegetal por excelencia es el guisante, el animal el cerdo, el sabor salado. El planeta es Mercurio, el ciclo de día la noche, el punto cardinal el Norte.
En Resumen, por todo lo especificado, en invierno debemos prestar especial atención a los Riñones, Vejiga, oídos, Huesos, pelo y todas las enfermedades y afecciones que se deriven de ellos. De manera general debemos reposar y coger fuerzas para el resto del año, importante el descanso por la noche para nuestra recuperación, abrigarnos bien. Recordad que uno de los alimentos que contienen más energía es el cordero con patatas asadas. El invierno es la época para reservar fuerzas físicas y psicológicas, es el momento de adormecernos un poco.
A lo largo de todo el año la cebolla como alimento es buenísima pero en invierno especialmente, porque tiene muchas propiedades que nos ayudan a contrarrestar gripes, catarros… también es buenísima para la eliminación de flemas. No sólo contrarresta, podemos usarla como prevención, ya se sabe: “más vale prevenir que lamentar”.
PRIMAVERA
El año empieza aquí, al menos el año biológico, todo toma otro color, huele distinto, la persona es otra siente que hay porvenir, futuro, orden cósmico. La generosidad del cielo y de Dios nos ha sacado del rudo, duro y cruel invierno, existe el cambio, nuestro corazón empieza a latir de nuevo después de unos meses de desazón y encierro. El Cielo y el Dios sol existen y me nutren, afloran sentimientos de esperanza, nacen muchos niños en esta época, es el tiempo para hacerlo y tendrán mucha salud, tendrán esperanza y ánimos y la vida se desarrollará bajo una estrella de buena suerte y de fe en sí mismos, al menos en la naturaleza.
En la primavera aparece en escena el hígado, es éste el órgano más importante del cuerpo, su escudo, es el que nos defiende de todo, es el empresario que cada uno lleva dentro y que nos da el genio necesario para afrontar con resolución cuanto nos acontece, es el órgano más pagano y materialista, pues lo suyo es manejar, controlar y producir los materiales, el hígado almacena y produce para los elementos de la sangre, controla el fluido y todo lo que es materia, es el órgano de lo tangible, se encuentra enfrentado al pulmón, órgano del espíritu blanco y del orgullo puro.
El Hígado rige músculo y tendones y a la vez los controla, cualquier cosa que sea material por él debe pasar, esta víscera tiene un sentido estricto del orden, tanto de él mismo como del cuerpo y de la vida, es el órgano que se antepone al corazón, al cual prepara la sangre que luego le llegará para ser distribuida. Esta sangre ha de estar lo mejor dispuesta posible, preparada, muy limpia y tranquila, sin alteración alguna, así el corazón se sentirá sano y liberado con una sangre que le venga en buenas condiciones tras pasar por un hígado saludable.
Una persona con un hígado sano, se sentirá firme, hoy en día todo es relativo, tenemos excusas para todo por eso muchas personas sienten tanta indecisión, tanta inseguridad que en el fondo es síntoma de depresión. Esto se debe a que el hígado está sobrecargado, cansado, agotado, lo que a su vez es un síntoma de estrés. El Hígado recoge toda la información y la aguanta, la almacena, es como la caja negra del cuerpo. Teniendo mucha vida -y esta sociedad vive muy intensamente- el hígado se cansa, más aún cuando es muy fácil que nuestra existencia esté cargada de disgustos, enemigos directos del hígado. Cuando el hígado está cargado, la sangre que le llega para ser limpiada y trasformada no lo será tanto y al final, llegará al corazón una sangre “pesada y quemada” que lo cargará más y acabará por hacer que no sintamos mal.
Al hígado lo estimula el color verde, el color de la primavera, también el azul es un color del hígado ya que ambos son en el fondo tonos del mismo color. Este verde anima al hígado, lo expande, le hace respirar, suspirar, ensancharse y tener más capacidad. A la vez lo puede cansar, por eso, en primavera son frecuentes las crisis de estrés, la primavera es un tiempo muy intenso. La naturaleza nace y despierta de nuevo y esto puede hacer que los que estén más débiles o los que no han respetado sus anteriores estaciones, lo pasarán muy mal e incluso desaparezcan por no tener fuerza ni vida suficiente para un año más. La naturaleza siente que comienza la vida, no recuerda nada, sólo sabe que nace, cada primavera, los hombres, las mujeres nos hacemos otra vez.
Al hígado le gusta el orden y en la primavera vuelve a tomar el mando, controlando otra vez el cuerpo, si sobra algo sentiremos desgana, si falta tendremos hambre, en cualquier caso siempre habrá una pequeña limpieza general y después limpiará y fabricará nueva sangre. A muchos niños en esta época, les sangra la nariz, eliminando así el calor acumulado tiempo atrás, calor físico, biológico y también emocional. El hígado revisa todos y cada uno de los órganos sobre todo el corazón y a veces los corrige.
Si seguimos el año de cualquier manera, nos llevamos un gran palo, decidimos con fuerza gracias a un hígado sano, las personas que han sufrido hepatitis, tuvieron un gran disgusto, una gran contrariedad, un gran palo que atacó directamente al hígado o por una trasfusión, estas emociones atravesaron el escudo del hígado y lo debilitaron hasta enfermar, aquellos que tienen el hígado flojo, serán más dubitativos, débiles, carentes de fuerza y empuje para ir hacia delante.
El hígado guarda el Houn o espíritu inconsciente, el subconsciente que decimos los europeos, así como la caja negra de nuestro cuerpo y nuestra vida. Las personas que se guardan mucho, que son rencorosos o viven dos vidas, una hacia fuera y otra hacia dentro van cargando a su hígado hasta que no aguanta más, por eso muchas veces no les dejan dormir las pesadillas ya que el inconsciente o Houn aflora en el momento del sueño, también tendrán una vida interior muy complicada y a veces desastrosa.
La vida rica, aquella que es más humana, el sentimiento de riqueza interior, lo guarda principalmente el riñón, los riñones. Sin embargo, el hígado atesora también la vida dentro de él, la vida más material. En caso de llevar una existencia de calidad y sobre todo de cantidad, ésta puede pasar a nuestro hígado o Houn pero no es el sitio idóneo. Las emociones positivas deben liberar al espíritu, descargarlo, llevarlo de paseo pero no quedarse con él. Su dirección correcta es hacia el riñón, éste se gasta con la vida, también se carga de fuerza cuando vivimos una existencia rica en el sentido personal, emocional y espiritual, es decir, el hígado controla y es el rey de la vida material, atesora más bien datos a groso modo, moviendo nuestra vida física, mientras el riñón guarda la voluntad y la vida nutriéndose de la vida más humana.
En el mundo actual, y en cualquier parte de él las personas se sienten bien cuando atesoran riquezas materiales, parece que llenando sus hígados sacian sus deseos personales y se quedan tranquilos, es el deseo primordial de niño, que se queda tranquilo cuando le compramos cualquier capricho. Pero hablando no de los niños sino de personas, éstas deben llenar no su hígado por las consecuencias de saturación ya mencionadas con anterioridad, sino su riñón, llenar de experiencias positivas, su lado humano, no enriquecernos de materiales, mejor de relaciones personales ricas ya que esto hace que nuestro riñón se recargue y abunde en paciencia, virtud y vida, entonces sí nos sentiremos verdaderamente ricos.
El hígado va a dejarnos preparados materialmente para el tiempo que viene, el riñón mientras, seguirá atesorando vida.
El sabor que tonifica el hígado y la vesícula biliar es el ácido. Este sabor tiene naturaleza yin, es decir, astringe, contrae, recoge la energía hacia adentro. Útil en la pérdida de líquidos orgánicos: vómitos, sudor excesivo, diarrea, hemorragias, promueve la secreción biliar, es desintoxicante y alcalinizante, evita el estancamiento, actúa directamente sobre los tendones, un exceso puede crear humedad. Sabores ácidos son por ejemplo la naranja, el limón, el vinagre…
El alimento por excelencia para el hígado serán las espinacas.
Alimentos verdes que tienen afinidad con el hígado, lo tonifican y desintoxican son: ESPINACAS, alfalfa, berros, perejil, apio, acelgas, bróquil, diente de león, col, lechuga…, en general en primavera se recomiendan los alimentos neutros y frescos y especialmente los vegetales de hoja verde. Trigo, centeno, arroz, soja verde, guisantes, habas, lentejas, espárragos, ajos tiernos, germinados de soja, albaricoque ciruela, fresón, cereza, algas, pescado blanco, en general cocciones más ligeras que en invierno, salteados y escalfados.
El sentido de la primavera es la vista y el sonido el grito, el chillido. La hora de máxima energía del Hígado son entre la 1 y 3 de la madrugada y de la vesícula biliar entre las 23 y la 1 de la madrugada. El fluido que impera, las lágrimas.
VERANO
El elemento del verano es el fuego. Todo en el universo tiene tendencia a completarse, a desarrollarse y madurar. La Energía del elemento fuego (simbolizada por el sol que nos da vida, energía y calor) representa la alegría, el gozo, el entusiasmo, el deseo, la apertura de corazón, el amor, la claridad mental, la fuerza y la energía que son necesarias para que toda acción se desarrolle y llegue a su plenitud.
En la naturaleza, la energía está en su máxima expansión, los árboles dan frutas, el clima es caliente y seco, los días son luminosos y largos, el verano es buen momento para la actividad, la expansión el movimiento y la comunicación.
Los órganos más activos en verano son el corazón-Maestro corazón e intestino delgado-Triple recalentador. El color es el rojo.
El sabor clave es el amargo, una cantidad moderada de sabor amargo fortalece el Corazón e Intestino Delgado, en exceso los daña.
El sentido propio del verano es el tacto, el sonido la risa y el habla.
El elemento fuego desequilibrado produce: hiperactividad, nerviosismo, egoísmo, autoritarismo, dominancia, celos, impulsividad, violencia pasional.
El elemento fuego equilibrado produce: deseo de vivir, entusiasmo, simpatía, comunicación, cordialidad, amoroso, bondad, alegría, vitalidad, pletórico.
En general en verano se recomiendan los alimentos neutros(equilibran) y frescos (tonifican los líquidos orgánicos y refrescan) y pequeña cantidad de alimentos fríos.
En esta época son aconsejables las frutas y vegetales rojos (cerezas, fresas, sandía, tomate, pimiento, melocotón…), de cereales: el maíz, trigo y centeno; de verduras: escarola, achicoria, endivia, berros, lechuga…; de legumbres: (en menor cantidad y poco cocidas) soja verde, judía verde, lentejas; también son excelentes el queso blanco, pulpo, cangrejo, algas, melón, higos, las cocciones ligeras (escalfados) y crudos.
Debemos evitar: todos los alimentos de energía caliente a excepción de los picantes calientes que abren los poros y permiten traspirar refrescando la superficie del cuerpo.
El sabor amargo seca la humedad interna.
Alimentos con sabor amargo son:
frios: ruibarbo y verbena
Frescos: centeno, rábano, espárragos, apio, lechuga, berros, espinacas crudas, nabo cocido, alcachofas crudas, pepino, endivia, achicoria, escarola, diente de león, té verde, té negro, cerveza de trigo, hierbas suecas.
Neutros: mijo, alfalfa, manzanilla amarga, crisantemo.
Tibios: alcaparras, piel mandarina seca, valeriana, comino, orégano, escalonia, basilisco, ginseng, vino, café.
OTOÑO
El otoño nos trae la energía del METAL y del AIRE que se expresa en la comunicación, en la actividad mental, pensamiento,…
El elemento aire nos da el instinto de autoprotección y supervivencia.
Los Pulmones y el Intestino Grueso están relacionados con el elemento Metal, el elemento metal desequilibrado produce vulnerabilidad al ataque externo, falta de protección y de instinto de supervivencia, deseo de abandonar, melancolía, depresión y tristeza. El Intestino Grueso nos da la capacidad de discernir entre lo que nos sirve para evolucionar y lo que no y, por tanto hay que eliminar.
En otoño, la naturaleza se recoge hacia adentro, caen las hojas de los árboles, la luz del día se acorta, hace más frío. El otoño es buena época para la atención interior, el color es el blanco, clima sequedad, los órganos más activos en otoño son el pulmón y el intestino grueso, el sabor el picante, el sentido el olfato, el sonido es el llanto.
En general en otoño se recomienda comer alimentos de Energía neutra y templada insistiendo en los vegetales de color blanco (ajo, cebolla, nabo, jengibre, pera,…) y en las semillas oleaginosas.
Cereales: arroz, cebada, avena
Semillas oleaginosas: pipas de girasol, de calabaza, sésamo, almendras, castañas, nueces…
Vegetales: pequeños vegetales, coles de bruselas, brócoli, coliflor, cebolla, nabo, hinojo, patata, en general vegetales blancos
Legumbres: soja, azukis, lentejas, garbanzos…
Pescado blanco y azul
Algas y huevos
Lácteos: con moderación (en exceso pueden producir flemas)
Carnes magras con moderación: pollo, ternera, pavo
Frutas: mandarina, manzana, naranja
Plantas aromáticas: tomillo, romero, salvia…
Cocciones más largas, con más fuego y más presión: guisos, estofados, plancha, algún horneado, sopas, hervidos…
Se recomienda el picante (moderado)
RECORDAMOS QUE ESTA SECCIÓN DE ALIMENTACIÓN ES DE FORMA GENERALIZADA, LUEGO SEGÚN LAS DOLENCIAS Y CARENCIAS DE CADA UNO DEBERÍA SER MODIFICADO E INDIVIDUALIZADO. TODO EN EXCESO Y EN ESCASO ES MALO, SIEMPRE DEBEMOS BUSCAR EL EQUILIBRIO